La navidad: el espíritu del consumismo

Hola a todos. En esta entrada nos tomaremos un pequeño descanso de lo que viene siendo nuestra serie de “Una entrevista con el Santo Oficio”. Esta entrada será parecida a muchas de las que se pueden leer en mi blog. Me desviaré del tema de la historia para escribir acerca de algo que me tiene muy preocupado: el extremo consumismo que se puede ver e incluso hasta “respirar” en estas fechas de diciembre. La verdad es que si fuera alguna entrada más planificada incluiría estadísticas y todo el material de apoyo que considere necesario, pero para lo que voy a escribir ahora es suficiente solo el haberse puesto a observar la masiva actividad en los lugares comerciales.

No tengo ningún problema con que la gente celebre la navidad, o las fiestas que crean sean adecuadas celebrar. Mi punto es que, si comparamos la navidad con otras fiestas como el Halloween o el día de acción de gracias, estos festejos no tienen rivalidad con el consumismo que la navidad provoca. Me atrevo a decir que lo único que le hace “competencia”, por así decirlo, a la navidad en tema de compras masivas, sería el viernes negro (black Friday, en inglés).

Aunque el black Friday sea el único día que se me ocurre le da la cara a la navidad, este no logra la manipulación de masas que logra la navidad. ¿A qué me refiero con esto? Bueno, cuando llega el viernes negro vemos que muchas sucursales de todo tipo ofrecen rebajas, promociones y descuentos más allá de lo normal. La navidad también es la fecha adecuada para ofrecer esas ofertas y promociones, pero ¿cuál es la diferencia? Simple. La navidad la vemos llegar desde principios de diciembre. La vemos en vallas publicitarias, en spots de radio comerciales, en redes sociales, en panfletos de promoción y lo que la hace aún más viral, en la televisión. Seamos honestos, ¿Cuántos de nosotros no vemos televisión? Además de eso hay que sumarle otro hecho: las ofertas del viernes negro solo duran un día, en cambio las de navidad pueden durar hasta todo diciembre.

Muchas veces le he dicho a un amigo que si pudiera crear un nuevo festejo en diciembre sería el del día internacional del consumismo. Y si nos ponemos a pensar, pasa de ser una broma a ser algo que realmente es lógico. No estoy diciendo que hay que hacer estudios, tomar estadísticas y datos de lo que sucede en esta fecha (navidad) para darnos cuenta del consumo al que incitan. Basta simplemente con irte a parar a un área o plaza comercial y observar con atención el bullicio que va y viene en cada una de las fiestas.

¿A qué quiero llegar con esto? A que nos hemos olvidado en gran parte de que se trata la navidad. Siempre es bueno compartir regalos y tiempo en familia, pero si recordamos el por qué la celebramos nos tenemos que tocar el corazón para hallar el verdadero motivo: el nacimiento de Jesús entre los hombres. La primera venida del hombre que nos dio un camino y una esperanza de vida y salvación.

Antes de cerrar esta entrada, quiero aclarar un punto:

1.   No estoy en contra de la navidad, pero no la celebro por un simple motivo: no me trago ese cuento de que Jesús haya nacido en diciembre. Y quien sabe si algún día escribiré acerca de eso. La verdad detrás del nacimiento del hombre más famoso y reconocido en todo el mundo.

Esto ha sido todo. Gracias por leer el blog y muy pronto regresaré con algunas entradas y con la serie. Felices fiestas a todos. J