Navidad: cuando el paganismo y cristianismo se hicieron uno
Para hablar de la navidad, tenemos que retroceder a los tiempos del poderoso imperio Romano, y al mandato de un emperador pragmático y astuto: Constantino. El imperio Romano había sufrido un crecimiento increíble en lo que a habitantes cristianos se refiere. Para el año 150 d.C, la población de cristianos era de tan solo 40,000, mientras que para el para el año 350 d.C el número de cristianos era de 6,300,000. Esto suponía una grave amenaza para las costumbres paganas de los romanos. Un imperio dividido entre paganos y cristianos era un gran problema: tantas personas con diferentes puntos de vista podían desencadenar un conflicto interno que llegaría a lo más profundo del imperio y lo fracturaría, dejándolo vulnerable a invasiones de las tribus del norte. Y con tal de evitar esto, tenemos que retroceder en el tiempo, a una fecha y lugar en específico: el 19 de junio del 325 d.C, al Concilio de Nicea. Más de 300 eclesiásticos discutían sin parar y sin poder llegar a un acuerdo sobre la divinidad e identidad de Jesucristo. ¿Era este hombre realmente el hijo de Dios o era un profeta como aquellos de los que hablaban los hebreos? Aquí fue donde Constantino dio el primer paso para salvar el futuro del imperio: Tras largos debates, el emperador Constantino decidió llegar a un arreglo según el cual Jesús y Dios representaban una misma entidad. Con la firma de esta definición por parte de los eclesiásticos presentes fueron suspendidas las persecuciones contra cristianos. (DW, 2009). Sin embargo, el trabajo del emperador no terminó ahí. A pesar de haber ayudado en la divinización de Jesús y de detener la persecución de cristianos, Constantino siguió siendo un pagano hasta el lecho de su muerte, que fue cuando recibió el bautizo cristiano.
Ahora si podemos hablar del origen de la navidad. En el imperio romano ya se adoraba a Cristo, pero aún quedaban vestigios de la Roma pagana, de aquella ciudad en la que se le rendía culto al Sol, a Júpiter y a todos los dioses copiados del Olimpo Griego. En este caso, la Saturnalia. La Saturnalia se celebraba cuando el sol estaba más bajo en el cielo y, así, los días se hacían más largos. Eso simbolizaba el crecimiento. Durante esta época se honraba a Saturno, dios del Sol y del fuego. También era relacionado con la agricultura, pues esta necesitaba el sol para poder sembrar y que las cosechas creciesen. El festival de invierno llamaba a este dios del Sol para que volviese y las cosechas siguiesen creciendo. (Muy Interesante, 2017).
Para poder de deshacerse de las festividades paganas, pero para seguir dándole al pueblo un motivo para celebrar, se decidió proclamar que el mismo día que nació el Sol Invencible nació también el verdadero Sol de la Justicia: Jesucristo. (Macías, 2016). Por esto fue que el papa Julio I pidió en el 350 d.C que la fecha le fuera atribuida a Jesucristo, pero no fue sino hasta el 354 d.C que el papa Liberio aprobó y selló el decreto final. La primera mención de un banquete de Navidad en tal fecha en Constantinopla, data del 379, bajo Gregorio Nacianceno. (Autor, 2017)
Y bueno, como pueden darse cuenta, esta festividad ha sobrevivido dos mil años de historia, y aún no sabemos cuantos más le faltan por contar. Pero podemos estar seguros que aunque la navidad haya sido creada para darle al pueblo razones para festejar, esta fecha sigue reuniendo y reconciliando familias para que puedan sentir la paz y el amor, por lo que al final de cuentas, no resultó ser tan mala idea.
¡Feliz Navidad! Y nos vemos hasta la próxima. =D
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