Religión y política, por el bien de la nación.
Hola a todos, como el título lo dice, vamos a hablar de religión y política, pero no con el punto de enfrentarlas una contra la otra, sino que simplemente vamos a darle un punto de vista personal a cada una de ellas. Antes de comenzar con la entrada en sí, me disculpo por haber estado ausente tanto tiempo. Dicho esto, empecemos.
Bueno, el hecho de que yo esté aquí escribiendo sobre esto no es algo que se dé todos los días. Tengo que admitir que no es algo que pase por mi cabeza todos los días, pero he sentido algo de ansiedad (si es que lo podemos llamar así) acerca de lo mucho que la gente se esmera en orar por los dirigentes de nuestro país pero que muy probablemente estén involucrados en algún movimiento político. No estoy diciendo que orar por las autoridades nacionales sea malo, pero si me he puesto a pensar en lo siguiente: ¿Será que toda la gente que pasa horas de horas orando en la iglesia o con sus familias tiene un concepto mínimo pero suficiente acerca de la política? No voy a hacer generalizaciones, pero me temo que no. Pero vamos parte por parte, respetando un orden. Primero voy a hablar de los movimientos religiosos y de los movimientos políticos, y como de costumbre, sacaré conclusiones acerca de lo que he escrito.
POLÍTICA
Bueno, voy a empezar con esto de la política, un término que para muchos, incluido yo, resulta difícil de definir, así que usaré la definición del diccionario: “doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados, gobiernos, pueblos etc…”
Esto nos lo dice el diccionario, pero muchos de nosotros no tenemos un concepto muy claro acerca de esto, y eso es preocupante y alarmante, porque muchas veces nos tomamos el tiempo para criticar a los funcionarios del gobierno cuando nosotros ni sabemos real y claramente a lo que se dedican. Si no me crees, pregúntale cuanto menos a 5 personas cercanas a ti, y puede que yo esté equivocado, o puede que no. Cuando me refiero a cultura política, intento hacer referencia al conocimiento que tenemos sobre dicho tema, que usualmente, suele ser poco. Por ejemplo, cuando nos hablan de los diputados, congresistas o senadores, nuestra definición de su trabajo es simple: redactar y aprobar leyes por medio de votación. Lo cual es cierto, pero no sabemos el tipo de preparación jurídica (suponiendo que la llevan) que deben de llevar para estar donde están. En vez de eso, nos quedamos estancados con la definición de su trabajo y les hacemos llover críticas sobre la corrupción que muchos gobiernos llevan dentro de sus gabinetes, y donde los diputados, no suelen ser la excepción.
Desafortunadamente esto suele ser un mal muy común en países en vías de desarrollo. Es un fenómeno donde los que están en el poder luchan para conseguir más poder, muchas veces, fuera de lo legal. Esto es algo que afecta grandemente al pueblo, ya que si los mismos encargados de aprobar y supervisar las leyes no las cumplen, como esperan que el pueblo si lo haga. Resulta contradictorio, ¿no? La verdad es que sí, pero aquí es donde se llegan a ver los valores morales de los habitantes y el conocimiento del bien y del mal, pero resulta frustrante el ver como una sociedad no se puede mantener en pie gracias a la corrupción que se lleva en los lugares donde se debiera de combatir y anular.
Aquí en Guatemala, por si la corrupción no fuese suficiente, tenemos el problema del descaro de las autoridades. No hace falta escribir un discurso sobre eso, basta simplemente el hecho de agarrar un ejemplar del diario y leer las noticias para darse cuenta de lo mal que estamos. A eso sumémosle la falta de interés, la inoperancia, la violencia y la frustración de la gente que tiene que ceder ante la violencia porque el gobierno está manipulado por el crimen organizado. A diario vemos y leemos acerca de marchas y protestas pacíficas o violentas por parte de los habitantes que ya están desesperados por tanto daño que se le hecho al país. La verdad es que en todo país tienes derecho a hacerte escuchar, y ahí el por qué de las manifestaciones.
Pero vamos a verlo desde el punto de vista que estoy tratando de explicar. Nos quejamos y renegamos acerca de nuestras autoridades, pero ¿Cómo esperamos resolver los problemas políticos del país si ni siquiera tenemos un concepto de política por nosotros mismos? Puede que las personas que estén en el poder si lo sepan, o puede que no, y aquí haré otra pregunta de reflexión. ¿Realmente queremos arreglar la política del país si ni siquiera formamos parte de un movimiento político? Suena loco, lo se, pero es algo razonable si lo pensamos así: cada vez que hablamos de algo, ya sea por una tarea o por una charla que nos toque dar, nos informamos acerca del tema, y si es posible, hacemos trabajo de campo. En un sistema de gobierno democrático debemos recordar que es el pueblo quien da el poder a los gobernantes, y muchas veces el pueblo no está informado acerca de a lo que el tema política hace referencia.
Los políticos son necesarios, cien por ciento necesarios. Te preguntas que me pasa, en un párrafo los crítico y al siguiente digo que son necesarios. Dios, decídete. Bueno, aquí el por qué digo que son necesarios. Son necesarios porque de no ser por ellos nuestro país giraría en torno a la anarquía, y eso empeoraría las cosas a escalas inimaginables.
Hay que tomar muy en cuenta las propuestas de los políticos cuando estos se promocionan a sí mismos. Pongamos un ejemplo, en época de elecciones presidenciales, votamos por aquel candidato cuya propuesta nos resulta lógica y real, y en cierto punto, lícita y legal. En esto último nos basamos en lógica, pero te aseguro que cuando hay un discurso de algún candidato donde dicta sus propuestas, no has tomado un ejemplar de la constitución política de tu país y ver hasta qué punto su propuesta es aceptable, lícita y legal. Te mentiría si te digo que yo si lo he hecho, pero si te puedo decir que intentaré mejorar mis conocimientos acerca del tema.
La política no es un juego, es el punto de vida y curso de tu nación. Si tienes la edad requerida para votar, yo te aliento a que te unas a movimientos políticos, que te informes y compartas lo que has aprendido, porque la política es lo más serio que hay en un país.
RELIGIÓN
Ahora es tiempo de darle entrada a este tema. A diferencia de la política, si le preguntas a la gente una definición propia de religión, de seguro te la darán. Aquí está la mía: “La religión se puede definir como un ideal sobre una divinidad o divinidades sobre la que se puede compartir con un grupo de personas”. Si se quiere discutir de este tema, se tendrá un debate mucho más amplio e informado que de uno acerca de política.
No estoy diciendo que la religión sea mala, al contrario, es muy necesaria. Por necesidad, el ser humano necesita algo a lo qué aferrarse, y esto lo encuentra en la religión. Básicamente puedo decirte que la religión es uno de los pilares que mantiene tu vida de pie.
Puede que pienses que estoy revolviendo las cosas hablando de política y luego hablando de religión, pero es algo que va muy conectado. Dame tiempo y te lo demostraré.
No existe ningún país donde no haya creencias religiosas. Lo que pasa es que hay países donde pueden haber demasiadas.
La religión depende de sus practicantes, y sus practicantes, de su religión. Como alguien que vive dentro del seno de una familia protestante, puedo dar testimonio de ello. Pero mi punto no es hablarte de milagros, sino de demostrarte como la religión y la política tienen su conexión, y para eso, tendremos que retroceder en el tiempo y regresar hasta el siglo XIX, donde el gobierno dependía de la iglesia católica. Este período es conocido como el período conservador, que llegó a su fin en Guatemala con el gobierno de Justo Rufino Barrios. Durante todo ese tiempo, literalmente, el gobierno no podía mover un dedo sin consultárselo a la iglesia.
Hoy, en pleno siglo XXI, el gobierno ya no depende de la iglesia, ya sea católica o protestante, pero el pueblo sí.
Voy a tratar de hacer esto corto para no aburrirlos.
En Guatemala estamos entrando en un período de elecciones políticas, y han salido anuncios de las distintas iglesias invitándote a orar para que la voluntad de Dios se cumpla en estas elecciones. Esto no es para nada malo, pero volvamos al primer punto: ¿Cuántos de los fieles que se congregan orar toman parte en movimientos políticos? ¿Cuántos de ellos saben lo que implica ser un representante político? No creo que muchos de ellos lo sepan, pero ni modo, la oración se encargará de todo.
Déjame decirte que en esto la oración solo es el puente que construyes para poder ayudarte. Es como construir un puente para cruzar una montaña, pero que en realidad nunca lo usas si no tomas parte en un movimiento político. Orar, orar y orar no va a solucionar todo. Tienes que actuar, tienes que hacer valer tu derecho de ciudadano. Si no quieres actuar porque no te interesa, déjame decirte esto: en muchos países por mucho tiempo se dieron actos de tiranía y crueldad, y mucha gente fue asesinada por exigir su derecho al voto y a hacerse escuchar, y si tú no quieres tomar parte en un movimiento político porque piensas que la oración lo va a solucionar todo, mejor renuncia a tu derecho al voto y participación ciudadana, así por lo menos serás un estorbo menos.
Concluyo con esto: la política no es un juego, nunca lo fue, no lo es y jamás lo será. Ahora es la religión quien necesita a la política, ya no al revés como en tiempos de antaño. Infórmate del tema, toma acción y ora para que todo salga de acuerdo a lo que Dios quiera, y si no compartes ni el catolicismo ni el protestantismo, ruega a lo quien tu creas, después de todo, puedes creer en lo que quieras.
Bueno, el hecho de que yo esté aquí escribiendo sobre esto no es algo que se dé todos los días. Tengo que admitir que no es algo que pase por mi cabeza todos los días, pero he sentido algo de ansiedad (si es que lo podemos llamar así) acerca de lo mucho que la gente se esmera en orar por los dirigentes de nuestro país pero que muy probablemente estén involucrados en algún movimiento político. No estoy diciendo que orar por las autoridades nacionales sea malo, pero si me he puesto a pensar en lo siguiente: ¿Será que toda la gente que pasa horas de horas orando en la iglesia o con sus familias tiene un concepto mínimo pero suficiente acerca de la política? No voy a hacer generalizaciones, pero me temo que no. Pero vamos parte por parte, respetando un orden. Primero voy a hablar de los movimientos religiosos y de los movimientos políticos, y como de costumbre, sacaré conclusiones acerca de lo que he escrito.
POLÍTICA
Bueno, voy a empezar con esto de la política, un término que para muchos, incluido yo, resulta difícil de definir, así que usaré la definición del diccionario: “doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados, gobiernos, pueblos etc…”
Esto nos lo dice el diccionario, pero muchos de nosotros no tenemos un concepto muy claro acerca de esto, y eso es preocupante y alarmante, porque muchas veces nos tomamos el tiempo para criticar a los funcionarios del gobierno cuando nosotros ni sabemos real y claramente a lo que se dedican. Si no me crees, pregúntale cuanto menos a 5 personas cercanas a ti, y puede que yo esté equivocado, o puede que no. Cuando me refiero a cultura política, intento hacer referencia al conocimiento que tenemos sobre dicho tema, que usualmente, suele ser poco. Por ejemplo, cuando nos hablan de los diputados, congresistas o senadores, nuestra definición de su trabajo es simple: redactar y aprobar leyes por medio de votación. Lo cual es cierto, pero no sabemos el tipo de preparación jurídica (suponiendo que la llevan) que deben de llevar para estar donde están. En vez de eso, nos quedamos estancados con la definición de su trabajo y les hacemos llover críticas sobre la corrupción que muchos gobiernos llevan dentro de sus gabinetes, y donde los diputados, no suelen ser la excepción.
Desafortunadamente esto suele ser un mal muy común en países en vías de desarrollo. Es un fenómeno donde los que están en el poder luchan para conseguir más poder, muchas veces, fuera de lo legal. Esto es algo que afecta grandemente al pueblo, ya que si los mismos encargados de aprobar y supervisar las leyes no las cumplen, como esperan que el pueblo si lo haga. Resulta contradictorio, ¿no? La verdad es que sí, pero aquí es donde se llegan a ver los valores morales de los habitantes y el conocimiento del bien y del mal, pero resulta frustrante el ver como una sociedad no se puede mantener en pie gracias a la corrupción que se lleva en los lugares donde se debiera de combatir y anular.
Aquí en Guatemala, por si la corrupción no fuese suficiente, tenemos el problema del descaro de las autoridades. No hace falta escribir un discurso sobre eso, basta simplemente el hecho de agarrar un ejemplar del diario y leer las noticias para darse cuenta de lo mal que estamos. A eso sumémosle la falta de interés, la inoperancia, la violencia y la frustración de la gente que tiene que ceder ante la violencia porque el gobierno está manipulado por el crimen organizado. A diario vemos y leemos acerca de marchas y protestas pacíficas o violentas por parte de los habitantes que ya están desesperados por tanto daño que se le hecho al país. La verdad es que en todo país tienes derecho a hacerte escuchar, y ahí el por qué de las manifestaciones.
Pero vamos a verlo desde el punto de vista que estoy tratando de explicar. Nos quejamos y renegamos acerca de nuestras autoridades, pero ¿Cómo esperamos resolver los problemas políticos del país si ni siquiera tenemos un concepto de política por nosotros mismos? Puede que las personas que estén en el poder si lo sepan, o puede que no, y aquí haré otra pregunta de reflexión. ¿Realmente queremos arreglar la política del país si ni siquiera formamos parte de un movimiento político? Suena loco, lo se, pero es algo razonable si lo pensamos así: cada vez que hablamos de algo, ya sea por una tarea o por una charla que nos toque dar, nos informamos acerca del tema, y si es posible, hacemos trabajo de campo. En un sistema de gobierno democrático debemos recordar que es el pueblo quien da el poder a los gobernantes, y muchas veces el pueblo no está informado acerca de a lo que el tema política hace referencia.
Los políticos son necesarios, cien por ciento necesarios. Te preguntas que me pasa, en un párrafo los crítico y al siguiente digo que son necesarios. Dios, decídete. Bueno, aquí el por qué digo que son necesarios. Son necesarios porque de no ser por ellos nuestro país giraría en torno a la anarquía, y eso empeoraría las cosas a escalas inimaginables.
Hay que tomar muy en cuenta las propuestas de los políticos cuando estos se promocionan a sí mismos. Pongamos un ejemplo, en época de elecciones presidenciales, votamos por aquel candidato cuya propuesta nos resulta lógica y real, y en cierto punto, lícita y legal. En esto último nos basamos en lógica, pero te aseguro que cuando hay un discurso de algún candidato donde dicta sus propuestas, no has tomado un ejemplar de la constitución política de tu país y ver hasta qué punto su propuesta es aceptable, lícita y legal. Te mentiría si te digo que yo si lo he hecho, pero si te puedo decir que intentaré mejorar mis conocimientos acerca del tema.
La política no es un juego, es el punto de vida y curso de tu nación. Si tienes la edad requerida para votar, yo te aliento a que te unas a movimientos políticos, que te informes y compartas lo que has aprendido, porque la política es lo más serio que hay en un país.
RELIGIÓN
Ahora es tiempo de darle entrada a este tema. A diferencia de la política, si le preguntas a la gente una definición propia de religión, de seguro te la darán. Aquí está la mía: “La religión se puede definir como un ideal sobre una divinidad o divinidades sobre la que se puede compartir con un grupo de personas”. Si se quiere discutir de este tema, se tendrá un debate mucho más amplio e informado que de uno acerca de política.
No estoy diciendo que la religión sea mala, al contrario, es muy necesaria. Por necesidad, el ser humano necesita algo a lo qué aferrarse, y esto lo encuentra en la religión. Básicamente puedo decirte que la religión es uno de los pilares que mantiene tu vida de pie.
Puede que pienses que estoy revolviendo las cosas hablando de política y luego hablando de religión, pero es algo que va muy conectado. Dame tiempo y te lo demostraré.
No existe ningún país donde no haya creencias religiosas. Lo que pasa es que hay países donde pueden haber demasiadas.
La religión depende de sus practicantes, y sus practicantes, de su religión. Como alguien que vive dentro del seno de una familia protestante, puedo dar testimonio de ello. Pero mi punto no es hablarte de milagros, sino de demostrarte como la religión y la política tienen su conexión, y para eso, tendremos que retroceder en el tiempo y regresar hasta el siglo XIX, donde el gobierno dependía de la iglesia católica. Este período es conocido como el período conservador, que llegó a su fin en Guatemala con el gobierno de Justo Rufino Barrios. Durante todo ese tiempo, literalmente, el gobierno no podía mover un dedo sin consultárselo a la iglesia.
Hoy, en pleno siglo XXI, el gobierno ya no depende de la iglesia, ya sea católica o protestante, pero el pueblo sí.
Voy a tratar de hacer esto corto para no aburrirlos.
En Guatemala estamos entrando en un período de elecciones políticas, y han salido anuncios de las distintas iglesias invitándote a orar para que la voluntad de Dios se cumpla en estas elecciones. Esto no es para nada malo, pero volvamos al primer punto: ¿Cuántos de los fieles que se congregan orar toman parte en movimientos políticos? ¿Cuántos de ellos saben lo que implica ser un representante político? No creo que muchos de ellos lo sepan, pero ni modo, la oración se encargará de todo.
Déjame decirte que en esto la oración solo es el puente que construyes para poder ayudarte. Es como construir un puente para cruzar una montaña, pero que en realidad nunca lo usas si no tomas parte en un movimiento político. Orar, orar y orar no va a solucionar todo. Tienes que actuar, tienes que hacer valer tu derecho de ciudadano. Si no quieres actuar porque no te interesa, déjame decirte esto: en muchos países por mucho tiempo se dieron actos de tiranía y crueldad, y mucha gente fue asesinada por exigir su derecho al voto y a hacerse escuchar, y si tú no quieres tomar parte en un movimiento político porque piensas que la oración lo va a solucionar todo, mejor renuncia a tu derecho al voto y participación ciudadana, así por lo menos serás un estorbo menos.
Concluyo con esto: la política no es un juego, nunca lo fue, no lo es y jamás lo será. Ahora es la religión quien necesita a la política, ya no al revés como en tiempos de antaño. Infórmate del tema, toma acción y ora para que todo salga de acuerdo a lo que Dios quiera, y si no compartes ni el catolicismo ni el protestantismo, ruega a lo quien tu creas, después de todo, puedes creer en lo que quieras.
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